
La crisis financiera que se desencadenó a partir de 2008 propició que muchos profesionales españoles emigraran en busca de oportunidades laborales, hacia mercados con mejores condiciones. Finalmente, otro factor ha sido el deseo de desarrollar las capacidades profesionales a través de la experiencia en otras culturas y estilos de trabajo, el acceso a mejores condiciones salariales y laborales y el desarrollo de una carrera profesional.
Los efectos de esta diáspora profesional se perciben de diversas formas en la sociedad y en particular en la clase política. Por un lado, tenemos la visión negativa. Se basa en la idea de que la marcha de profesionales al exterior supone una pérdida de talento. La implicación de este enfoque es que hay que frenarla e incluso establecer medidas para incentivar su retorno. La otra visión es positiva: la marcha de profesionales a otros países tiene numerosos efectos positivos, tanto para estos profesionales como para España. El falso punto de partida en el planteamiento negativo es la idea de que la marcha de profesionales al extranjero supone una “pérdida de talento”. No cabe hablar de pérdida de talento cuando la alternativa a la marcha al extranjero es quedarse en España en desempleo, sin tener ingresos, sin adquirir experiencia y sin perspectivas de progreso en una carrera profesional. Se está produciendo afortunadamente un cambio en la valoración de lo que significa ir a vivir y trabajar en el extranjero. Ha ganado peso la idea de que la internacionalización del talento, trabajar en otros países, es algo positivo: para los propios profesionales, en primer lugar, por todo lo que aporta a su formación, sus conocimientos y capacidades; y también para la economía española, por el activo que el talento internacional puede suponer como apoyo a su internacionalización.
Los directivos españoles en el exterior pueden contribuir de diversas maneras al desarrollo de la economía española. Pueden contribuir a la promoción de negocios con España. Estos profesionales cuentan con conocimientos y contactos en los países en los que residen. Pueden ayudar a las empresas españolas para que aborden negocios en estos países. Pensemos, a modo de referencia, en el papel clave que han tenido las diásporas china e india en el proceso de internacionalización de las dos grandes potencias asiáticas.
Con el objetivo de aprovechar el activo que supone esta red global de directivos ha surgido Conexión España. El papel de organizaciones de este tipo se puede analizar desde una doble perspectiva. Por un lado, las ventajas que pueden suponer para los propios miembros de la red. Por el otro, las ventajas que la red puede aportar a España y en especial a sus empresas.
En cuanto a las ventajas para los miembros están: la creación de canales de networking, canales que facilitan contactos con empresas y profesionales; actividades de mentoring y apoyo para nuevos llegados a un país extranjero, que pueden facilitar una mejor integración de los mismos; el establecimiento de mecanismos de ayuda para los que en un momento determinado deseen retornar a España (que sirvan de apoyo a los profesionales que quieren retornar, con información, ayuda para gestiones administrativas, ayuda para encontrar empleo).
Los directivos españoles en el exterior pueden contribuir de diversas maneras al desarrollo de la economía española.
Las empresas españolas, por ejemplo, pueden necesitar en algún momento servicios profesionales, contactos, información, realización de estudios, para su trabajo en un mercado determinado. Los directivos en el exterior pueden proveer estos servicios, aprovechando el activo que supone el conocimiento del mercado en el que residen y el conocimiento de la cultura y métodos de trabajo de las empresas españolas. Por último, Los profesionales en el exterior pueden actuar en sus países de residencia como lobby en defensa de los intereses de España.
Por otro lado, los directivos que en un momento dado retornen a España traerán consigo el activo que suponen los conocimientos que han adquirido, los contactos en los países en los que vivieron y el conocimiento de éstos. Una matización importante es que este tipo de red debe estar abierta a personas que, en el ejemplo de España, no necesariamente tengan la nacionalidad española, sino que pueden tengan una afinidad con España por diversos motivos: profesionales (trabajan o han trabajado con España) o familiares (están casados con personas españolas, visitan por ello con frecuencia España).
Como han hecho otros países, es preciso contar con un instrumento que facilite la conexión con los directivos en el exterior. Este instrumento u organización debería estar basado en una colaboración público-privada, que coordinaría la participación de las instituciones como asociaciones empresariales, Cámaras de Comercio (tanto nacionales como Cámaras españolas en el exterior), escuelas de negocio y otras instituciones educativas, organismos de promoción como el ICEX, etcétera. En el exterior, las organizaciones de profesionales españoles deberían estar en estrecho contacto con las Embajadas y sus Oficinas Comerciales.
[…] este tipo de red debe estar abierta a personas que, en el ejemplo de España, no necesariamente tengan la nacionalidad española…
Una red de este tipo debe en primer lugar establecer un sistema para identificar y ordenar a los profesionales españoles en el exterior. En segundo lugar, esta organización debe actuar también como una red de redes, promoviendo la comunicación con redes que ya existen, y la intercomunicación entre éstas. En tercer lugar, debe servir como una plataforma de contacto entre los profesionales y las redes en el exterior con empresas e instituciones españolas: muchos de los profesionales en el exterior llevan años fuera de España y necesitan información y contactos sobre España, sus sectores y empresas.
En suma, un país como España tiene un importante activo que puede serle de gran utilidad en su internacionalización: los directivos españoles (y afines a España) que viven en otros países y cuyo número y relevancia ha crecido de manera espectacular en los últimos tiempos.