Japón ocupa un lugar central en la economía internacional como tercera potencia mundial tras Estados Unidos y China. Su fortaleza industrial y tecnológica lo convierten en uno de los principales exportadores de bienes manufacturados de alta calidad, desde automóviles hasta equipos electrónicos y maquinaria de precisión. Además, su participación activa en organismos como el G7, el FMI y el APEC lo consolida como un socio estratégico con el que España puede ampliar su proyección en la región Asia-Pacífico.
Comercio bilateral en cifras
En 2024, el intercambio comercial entre España y Japón superó los 7.800 millones de euros, con exportaciones españolas por valor de 2.850 millones e importaciones de 4.983 millones. Esto deja un déficit estructural para España y una tasa de cobertura del 57,2%. No obstante, sectores como el agroalimentario —especialmente la carne de cerdo y el aceite de oliva— mantienen una posición sólida, favorecida por la reducción de aranceles gracias al Acuerdo de Asociación Económica UE-Japón.
La inversión japonesa en España alcanzó un stock de 12.511 millones de euros en 2022, situando al país asiático como duodécimo inversor extranjero. Por su parte, la inversión española en Japón, más modesta, ascendió a 252 millones, con flujos de 44 millones en 2024, principalmente en sectores de alta tecnología y retail. Actualmente, más de 200 compañías españolas operan en Japón, y alrededor de 3.000 exportan regularmente al mercado nipón, lo que evidencia un creciente interés empresarial por este destino estratégico.
Oportunidades para las empresas españolas
El mercado japonés abre oportunidades en áreas clave como energías renovables, biotecnología, inteligencia artificial, retail y agroalimentación de calidad. Japón ofrece incentivos fiscales y programas de apoyo a la inversión extranjera a través de organismos como JETRO y el Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI), lo que facilita la entrada de empresas internacionales. Además, sectores vinculados a la transición energética y la tecnología avanzada están en pleno auge, abriendo puertas a la innovación española.
El refuerzo de los acuerdos bilaterales —como el de doble imposición, el convenio de seguridad social y la cooperación aduanera—, junto con la creciente presencia de instituciones españolas en Tokio, consolidan un marco favorable para los negocios. Para España, Japón no solo es un socio comercial, sino también un espacio para proyectar su capacidad de innovación, sostenibilidad y calidad. El reto para las empresas españolas será convertir esta base en una presencia estable y competitiva en uno de los mercados más exigentes del mundo.
N. del E.: contenido reproducido y compartido por su contribución a la internacionalidad de España desde ICEX. Puedes ver el contenido original aquí.
